Consumo responsable

Actualmente, vivimos en una sociedad capitalista y consumista, lo que nos lleva a una ideología de "usar y tirar". Asimismo, en muchas ocasiones la publicidad no es muy adecuada, ya que nos impulsa, a ser compradores adictos de cosas que no vamos a utilizar en toda nuestra vida, desperdiciando el dinero, y utensilios que podrían dañar gravemente a nuestra salud y a la del medioambiente.

Por ello, se debería de desarrollar el consumo responsable, que es un concepto que defiende que los seres humanos deben cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y a las del planeta, y escogiendo opciones que favorezcan el medio ambiente y la igualdad social.
Podemos nombrar a esto como un estilo de vida, porque no se trata sólo de cambiar una marca o un producto por otro, sino de llevar una vida satisfactoria dentro de los límites biofísicos del planeta, aunando así prácticas cotidianas y valores.
Fomentar un consumo responsable es entender que los recursos naturales no son renovables y que las generaciones futuras deben tener las condiciones necesarias para poder vivir



Las grandes empresas, tienen un rol muy importante en el consumo, ya que las más conocidas llegan a tener minutos enteros publicitando sus productos, por lo que estas, deberían de incorporar un desarrollo sostenible, para el beneficio de las personas y de la Tierra.

Podemos distinguir tres aspectos fundamentales que constituyen el consumo responsable:
- El consumo ético: requiere introducir aspectos valorativos a la hora de consumir o de optar por un producto, y destaca la austeridad, en otras palabras, trata de diferenciar entre las necesidades reales y las creadas por la publicidad que incentiva el consumo como forma de alcanzar la felicidad y el bienestar.

- El consumo ecológico: implica un circuito de producción a partir de la reducción, la reutilización y el reciclado de los distintos productos. También, se analizan los productos de origen orgánico poniendo destacando la generación de una agricultura y ganadería ecológicas, la opción por la producción artesana, y todas aquellas formas de producción que no deterioren las condiciones del medio ambiente.

- El consumo social o solidario: tiene en cuenta  las relaciones sociales y condiciones laborales en las que se ha elaborado un producto o brindado un servicio. Por ejemplo, el comercio justo, que propone acercar al productor con el consumidor final para eliminar las mediaciones que elevan los precios.


Estas son algunas razones para realizar un consumo responsable, una solidaridad y un respeto hacia todas las personas implicadas en los procesos de producción de los productos o la prestación de servicios que disfrutamos y  proteger el medio ambiente y dejar a las generaciones futuras un entorno saludable, estando conscientes del impacto medioambiental y los residuos que provoca nuestro consumo.

Los ámbitos del consumo en los que podemos ayudar para una mejoría son: el agua, la energía, la alimentación, la cultura y el ocio, el transporte,la tecnología, la ropa y complementos, las finanzas,la higiene y cosmética, las viviendas, etc. Esto supone un cambio de pensamiento de las rutinas y de todo lo que hay construido socialmente alrededor del consumo, algo que implica el desarrollo de nuevas habilidades y nuevo conocimiento. Para que sea realmente responsable, las tareas han de estar distribuidas equitativamente, y requiere consumir menos, reducir nuestro impacto y aumentar nuestra relación con el entorno más próximo.

Para poder llegar a ser un consumidor responsable, es un consumidor consciente y responsable en sus hábitos de consumo, por lo que está orientado al fomento de actividades satisfactorias para la naturaleza, buscando la opción de consumo con el menor impacto negativo posible sobre el medio ambiente y con un efecto positivo en la sociedad.



Para llevar a cabo un consumo responsable, es importante valorar: el impacto ambiental, desde el punto de vista del ciclo de vida del producto que compramos, desde la producción, transporte, distribución y consumo a los residuos que genera. El tipo de comercio queremos favorecer. Y la calidad de lo que compramos, de cara a adquirir bienes más saludables y duraderos.
Algunas de las formas para llevar un consumo responsable son: determinar la huella ecológica que determinados estilos de vida y consumismo producen; conocer empresas, productos y servicios, que respeten el medio ambiente y los derechos humanos o; asegurar la calidad de lo comprado.



En mi opinión, llevar un consumo responsable, sería el doble de eficaz que uno normal, ya que puedes llegar a ahorrar mucho dinero, y compras objetos que ayuden a mantener el medio ambiente. Además, de que te garantizas la calidad de ese producto, en muchas ocasiones. Por ello, con esta mentalidad llegaríamos a reemplazar esa compra de objetos estúpidos y tóxicos para el planeta.



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