Incendios Forestales

Todos los años se queman miles de hectáreas alrededor del mundo, y el problema es que esas hectáreas se queman más rápido de lo que pueden regenerarse por sí mismas, es por ello que cada año voluntarios de todas partes de la provincia o los propios vecinos se unen para poder apagar los fuegos y replantar árboles en las zonas dañadas.

En las últimas semanas no se ha parado de hablar de los incendios que han ocurrido en España y Portugal. Más de 130 incendios en Galicia, 30 en Asturias y cerca de 500 en Portugal, cobrándose la vida de 40 personas y teniendo al menos 400 heridos en total.

Los incendios forestales o incendios silvestres son fuegos que se extienden sin control en territorios como bosques, selvas u otro tipo de zonas con vegetación. Estos se pueden distinguir de otros tipos de incendios debido a su amplia extensión, a la velocidad con la que con la que puede extender desde su lugar de origen, a su cambio inesperado de dirección y a su capacidad para superar obstáculos como carreteras, ríos o cortafuegos. 


Estos incendios se pueden producir en casi cualquier lugar y en cualquier momento si las condiciones son óptimas siempre y cuando sea en un terreno lleno de vegetales, porque si no no sería forestal. Su propagación dependerá de las condiciones atmosféricas , la topografía del lugar donde se produzcan y de la vegetación que presente el terreno. La gran  mayoría de riesgos de incendio ocurren a causa de la acción humana y no naturalmente, y la otra mayoría ocurren a causa de climas secos y calientes

Las plantas recuperan agua perdida del sustrato, debido al calor que les provoca una deshidratación. Pero cuando la humedad del terreno desciende hasta menos de un 30% las plantas se vuelven incapaces de obtener agua del suelo, con lo que poco a poco se van secando. Esto provoca la emisión de etileno (compuesto químico presente en la vegetación y altamente combustibles) a la atmósfera, esto ocasiona un doble fenómeno que con tan solo una pequeña chispa se provoquen grandes incendios: por un lado,tanto las plantas como el aire de la zona se vuelven inflamables, y por otro las subidas de temperatura y la existencia de vientos fuertes o moderados, estos hacen que se multiplique el riesgo de incendio.

Las causas se pueden clasificar en cinco grandes grupos:
- Intencionados: representan cerca del 60% de los casos, aunque puede variar mucho de unas regiones a otras. Las causas son muy variadas y la más común es la quema no autorizada, ilegal e incontrolada de superficies agrícolas, ya sea para la eliminación de rastrojos o matorrales o para la regeneración de pastos para el ganado. Otras que también se destacan son: la piromanía, usos cinegéticos, vandalismo, venganzas personales, espantar a animales, etc.

- Negligencias y causas accidentales: representan un 20%-25%. Una causa muy habitual puede ser el de las quemas agrícolas, en este caso autorizadas, pero en las que los autores perdieron el total control del incendio, llegando a quemar las zonas circundantes.

- Rayo: representa un 4%-5%, y es una causa natural. El rayo generalmente cae en árboles de gran altura, lo que conlleva que se queme su copa y que el fuego siga su curso hacia el tronco, quemándolo también y termine en el suelo donde se propagará hacia otras zonas al rededor del árbol.

- Desconocidas: casi un 15% de los incendios no son posibles de determinar la causa.

- Reproducciones de incendios anteriores: representan cerca de un 2%. En muchas ocasiones se realiza incendio en donde están produciendo el incendio anterior que no llegó a extinguirse por completo, y lo que ocurre es que se extienda por otras zonas nuevas.


Un incendio consta de tres fases: la iniciación, que es el comienzo del incendio provocado por causas naturales o por la acción humana; la propagación, que es la expansión del incendio por los otros terrenos frondosos que se encuentran cerca del incendio, y la extinción, que es la extinción del incendio, ya sea por causas naturales (lluvia o falta de vegetación) o por la acción humana (labores de extinción, como, por ejemplo, los bomberos).

El estudio de los incendios forestales han ayudado a la hora de realizar las medidas más apropiadas para su prevención y eliminación, ya que estos pueden ser diferentes para unos casos y otros. Se pueden distinguir tres tipos:
- Según por donde se propaga
  • Fuego de suelo o subsuelo. El fuego se propaga casi siempre despacio y en combustión ardiente al no disponer de suficiente oxígeno, debido a que se produce por la materia orgánica en descomposición y las raíces.
  • Fuego de superficie. El fuego se propaga por la hojarasca, hierbas, arbustos y maderas caídas que se encuentran en el suelo.
  • Fuegos de copas. Podemos diferenciar entre: Antorcheo o Coronamiento, paso del fuego de la superficie a copas de los árboles; copas pasivo, es el fuego que avanza por las copas de los árboles que se encuentran unidos y que está dependiente de un fuego de superficie, y si se extingue el fuego, este se detiene en las copas y por último copas activo, es el fuego que progresa por las coronas de los árboles, independientemente de la superficie. Solo puede ser atacado de forma indirecta, suele necesitar un viento mayor de 30 km/h y una proximidad de copas.
- Según el tamaño
  • Los grandes incendios forestales (GIF). Son aquellos incendios que afectan a zonas de más de 500 hectáreas. Estos incendios no son muy frecuentes, pero son un gran problema ya que queman enormes superficies en pocas horas y días, y suelen ser muy difíciles de apagar, por sus largas llamas, por las altas velocidades de propagación o por la presencia de una actividad de fuego de copas. 
  • Los incendios normales. Son aquellos con una expansión de la superficie que se quema entre 1 y 500 hectáreas.
  • Conatos. Son aquellos que no superan una hectárea de superficie que queda carbonizado.
- Según el elemento que guíe el incendio
Como un combustible, un gas, la topografía de la zona o la dirección del viento. 

Para la eliminación del fuego forestal se abarca una gran variedad de técnicas, equipamiento y formación que se da sobre el incendio. En zonas del tercer mundo las técnicas que se utilizan pueden ser: lanzar arena, golpear el fuego con ramas o arrojar en cubos llenos de agua. En cambio, en los países desarrollados estas técnicas han evolucionado mejor, como las brigadas antiincendios, que están entrenadas y equipadas para la resolución de incendios, estas trabajan en conjunto con los equipos aéreos de apagamiento  de llamas, habilitan cortafuegos y protegen recursos naturales y humanos.

Para erradicar el fuego se puede realizar de dos maneras. El directo, que aplica cualquier tratamiento directamente sobre el material que provoca el fuego, ya sea mojarlo, asfixiarlo o  separando el material que se está quemando con el que no lo está. Unas herramientas muy específicas para su eliminación son los camiones cisternas y los hidroaviones, que suministran agua u algún agente extintor al fuego. El indirecto, que prepara las técnicas de extinción a una determinada distancia del fuego. Como, la reducción de combustible, un cortafuegos de contingencia, un contrafuegos y el empapado de combustibles aún no quemados.

Para apagar estos fuegos, se pone en peligro la vida de las personas que intentan extinguirlo, ya que un fuego puede cambiar de dirección de repente y superar barreras naturales y artificiales. También el intenso calor y humo pueden causar desorientación y pérdida de la dirección del fuego.

Las consecuencias más importantes de estos fuegos, pueden ser: la destrucción de biodiversidad, ya que el fuego arrasa todo a su paso y es difícil que tanto las plantas como los animales puedan sobrevivir. Los ecosistemas quedan también muy dañados y las especies de la zona tienen que encontrar otro hábitat donde vivir, algo complicado, ya que mucha  vegetación ha desaparecido; el aumento de la desertificación, debido a que el suelo después del incendio queda casi estéril debido a la mineralización de la materia orgánica y limita la recolonización de las plantas autóctonas. Además, los fuegos y lluvias torrenciales incrementa la erosión reduciendo las posibilidades de recuperación; la contaminación de las aguas y la atmósfera. A parte, la recuperación de los bosques dañados en ocasiones es casi imposible o pueden tardar varias décadas hasta que el bosque se encuentra estable.


Para que evitar estos problemas, podemos prevenir los incendios forestales con: no arrojar colillas ni fósforos encendidos sobre pasto seco, si se realizan fogatas o fogones apagarlos bien cuando ya no se necesiten, en los cultivos y viviendas dejar espacios que sirvan de barrera que impidan el avance del fuego, educar a la población para un uso racional del fuego, la limpieza periódica de bosques o reforzar los medio de vigilancia de los montes en periodos de alto riesgo de incendio.

En mi opinión se deberían de tomar medidas un poco más agresivas contra la prevención de incendios, ya que al parecer, la mayoría de personas no piensan sobre las consecuencias que sus actos puedan ocasionar. También habría que subir la penitencia por causa de un incendio forestal, ya que los daños producidos por el fuego pueden llegar a ser mayores que el dinero que se ha ido, ya que se pierde mucha biodiversidad, que en algunas ocasiones no se pueden recuperar. Deberíamos entre todos cuidar nuestros bosques ya que estos nos dan el oxígeno que necesitamos para poder sobrevivir, es un lugar lleno de plantas únicas y animales muy curiosos. Básicamente, sin nuestros bosques, nosotros no estaríamos aquí, por eso hay que cuidarlo y protegerlo.

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